... A veces siento que en este mundo redondo, esférico y circular no encuentro un lugar para mi. Es como si estuviera en una esquina sentado viendo pasar vidas, ideas y tiempos. Solo me queda recordar este lugar para cuando con el cotidiano girar del mundo tropiece; poder volver... -Bruno Aldama-

viernes, 3 de febrero de 2012

UN LAVADERO CULTURAL

En próximas fecha viene a Cd. Obregón el show de “Las Lavanderas” , un programas mas emergente de Televisa vía Telehit. No conocía el programa pues ese canal no se de mi predilección. Pero bueno, debí darme a la tarea de ver algunos capítulos. No digo sea un mal programa de comedía, por lo menos a camarógrafos y asistentes los hace reír, pocas veces he escuchado una risa tan honesta y creíble. No tengo idea de donde vengan las protagonistas de la serie ni el guionista, es irrelevante, lo que importa es el retrato que dan del mexicano.

En los años 70´s en México se dio el llamado cine de ficheras. Mujeres de la vida galante encabezaban los protagónicos del celuloide. De ahí surgieron figuras como Sasha Montenegro (primera dama del país), Lyn Main, Rafael Inclán, Angélica Chain, Luis de Alba, entre otros. En un país azotado por la corrupción, carencias y opresión cayo muy bien una comedia que hiciera mofa de una clase social marginal, con la que la mayoría de los mexicanos podían identificarse. Agradaba verse en un posible reflejo en la gran pantalla. En los 80´s se dejaron a las ficheras par pasar a retratar a lancheros, verduleros, albañiles, lavanderas y demás profesiones, valga el termino, del pueblo. En algún momento dicho humor dejo de estelarizar el cine.

Recalco en el cine pues en la TV la comedia era bastante diferente en los 70´s y 80´s series como El chavo del ocho, Papa soltero, Hospital de la risa, la Carabina de Ambrosio, entre otros, retrataban un humor que no necesitaba mostrar zonas carneas de la mujer, decir vulgaridades, mofarse de la desgracia ajena. Esa risa provocada era mas sana, una risa que uno podía compartir con toda la familia. Sabedora de inocencia, era tema de plática en todo lugar.

El show de las lavanderas tiene cierto sabor a ese cine de hace 25 años pero algo le falta ... si, picardía. Así de sencillo. Hasta el mal gusto tiene cierta dosis de inteligencia. Los diálogos que dicen oscilan entre la improvisación, amnesia y deseos de ganar dinero, pero hasta ahí. Formulas machacadas de doble sentido que siguen pegando, si no fuera así el programa no existiría. He vivido en barrios populares, es mentira que la gente hable así. No se atreven a llegar a los “raspa” tal como es. No dejan de sonar como “fresas” y “wanabes” que quieren jugar a imitar a los sectores mas jodidos de la sociedad. Curiosamente, el mayor apego que tiene este tipo de espectáculos es entre la población de clase media-alta y alta. En las colonias marginales no se ve esto, en absoluto.

Es un tipo de humor burdo que en una ciudad carente de una cultura que nos ayude a mejorar como sociedad, nos orilla cada vez más a seguir el marketing de entretenimiento dado por las grandes cadenas televisivas. El mexicano es de naturaleza creativa, me niego a creer que esto es lo más que podemos dar. La cultura debe ser lavada para quitar la suciedad, pero creo las lavanderas no tiene el oficio para ello, al contrario, la embarran a lo largo y ancho.

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